En los últimos años se ha producido un profundo cambio en la forma en que la sociedad percibe el bienestar, sobre todo en lo que respecta a las enfermedades crónicas. Sin resignarse ya a una vida de limitaciones, las personas están adoptando un enfoque holístico de la salud que incorpora dieta y el ejercicio para no sólo controlar sus dolencias, sino prosperar a pesar de ellas. Esta revolución del bienestar está permitiendo a millones de personas tomar las riendas de su salud y vivir mejor, incluso a pesar de padecer enfermedades crónicas.
Vivir con una enfermedad crónica
Vivir con una enfermedad crónica significa enfrentarse a una afección médica a largo plazo que dura años o incluso toda la vida. Estas enfermedades, como diabetes, artritis, cardiopatíastrastornos autoinmunes y asmarequieren atención médica continua, ajustes del estilo de vida y estrategias de afrontamiento.
Según la Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)En Estados Unidos, seis de cada diez adultos padecen al menos una enfermedad crónica, y cuatro de cada diez tienen dos o más. Las enfermedades crónicas son la principal causa de discapacidad y muerte en el país y representan el 90% del gasto sanitario. La gestión de las enfermedades crónicas implica no sólo manejar los síntomas, sino también desarrollar la resiliencia, buscar apoyo y encontrar formas de mejorar la calidad de vida a pesar de los continuos problemas de salud.
El papel de la dieta y el ejercicio contra las enfermedades crónicas
En la búsqueda de una salud y un bienestar óptimos este 2024, nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la dieta y el ejercicio, especialmente para quienes padecen enfermedades crónicas. Estos dos pilares del bienestar desempeñan papeles complementarios en la conformación de nuestra salud física, mental y emocional.
Una dieta equilibrada proporciona el combustible necesario para la actividad física, aportando hidratos de carbono para la energía, proteínas para la reparación y el crecimiento muscular, y grasas para una resistencia sostenida. A la inversa, el ejercicio regular aumenta la capacidad del organismo para utilizar los nutrientes de forma eficiente, mejorando la digestión, la absorción y el metabolismo. La actividad física también estimula el apetito y regula las hormonas del hambre, ayudando a las personas a mantener un peso saludable y a equilibrar la ingesta de energía con el gasto.
Además, los beneficios mentales y emocionales del ejercicio, como la reducción del estrés, la mejora del estado de ánimo y el aumento de la función cognitiva, pueden influir positivamente en las elecciones alimentarias. Las personas que hacen ejercicio con regularidad son más propensas a elegir alimentos más sanos, optando por opciones nutritivas que contribuyan a sus objetivos de forma física y bienestar general.
¿Qué enfermedad se asocia a una mala alimentación y a un mal estado físico?
La obesidad es una afección estrechamente vinculada a la mala alimentación y el mal estado físico, caracterizada por una acumulación excesiva de grasa corporal debida a diversos factores como la dieta y los niveles de actividad física. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS)a nivel mundial, las tasas de obesidad casi se han triplicado desde 1975. En 2016, más de 1900 millones de adultos mayores de 18 años tenían sobrepeso y más de 650 millones eran obesos.
Además, el Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC)) afirma que en Estados Unidos la obesidad afecta a cerca del 42,4% de los adultos. Las malas elecciones dietéticas, como el consumo de alimentos ricos en calorías y bajos en nutrientes, y un estilo de vida sedentario contribuyen significativamente al desarrollo y la exacerbación de la obesidad. Por desgracia, a las personas que sufren obesidad a menudo les resulta difícil mantener una dieta equilibrada e incorporar el ejercicio regular a sus rutinas, lo que puede perpetuar el ciclo de mala nutrición y mala forma física.
¿Cómo prevenir las enfermedades crónicas?
Prevenir las enfermedades crónicas implica adoptar un enfoque proactivo de la salud y el bienestar. Aunque la genética y otros factores pueden predisponer a las personas a padecer determinadas afecciones, muchas enfermedades crónicas pueden prevenirse o controlarse eficazmente mediante modificaciones del estilo de vida y medidas preventivas. He aquí algunas estrategias para ayudar a prevenir las enfermedades crónicas:
- Mantener una dieta sana - Céntrese en consumir una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables. Limite el consumo de alimentos procesados, bebidas azucaradas y cantidades excesivas de sodio y grasas saturadas. Seguir pautas dietéticas como la dieta mediterránea o la dieta DASH puede reducir significativamente el riesgo de enfermedades crónicas.
- Practicar una actividad física regular - Intente realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada o 75 minutos de ejercicio de intensidad vigorosa a la semana, junto con actividades de fortalecimiento muscular dos o más días. Incorpore actividades que le gusten, como caminar, nadar, montar en bicicleta o bailar, para hacer del ejercicio un hábito sostenible.
- Mantener un peso saludable - Esfuércese por alcanzar y mantener un peso saludable equilibrando la ingesta de calorías con la actividad física. El exceso de peso corporal, sobre todo de grasa abdominal, es un importante factor de riesgo de enfermedades crónicas como diabetesenfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer.
- Evite el tabaco y limite el consumo de alcohol - El consumo de tabaco es una de las principales causas de muerte evitable en todo el mundo y está asociado a numerosas enfermedades crónicas, como el cáncer, las cardiopatías y las afecciones respiratorias. Evitar el tabaco en todas sus formas y limitar el consumo de alcohol puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar estas enfermedades.
- Hágase revisiones médicas periódicas - Los reconocimientos médicos periódicos son esenciales para la detección precoz y el tratamiento de enfermedades crónicas como la hipertensión, diabetesy ciertos tipos de cáncer. Siga las recomendaciones de su médico sobre las pruebas de detección en función de la edad, el sexo, los antecedentes familiares y otros factores de riesgo.
- Gestionar el estrés - El estrés crónico puede contribuir al desarrollo y agravamiento de diversas enfermedades crónicas. Practica técnicas de reducción del estrés como la atención plena, la meditación, los ejercicios de respiración profunda, el yoga o pasar tiempo en la naturaleza para favorecer la relajación y el bienestar mental.
- Dar prioridad al sueño - Procure dormir entre 7 y 9 horas de calidad por noche, ya que un sueño inadecuado está relacionado con un mayor riesgo de obesidad, diabetesEl sueño es una de las principales causas de muerte, enfermedades cardiacas y otras afecciones crónicas. Establezca un horario regular de sueño, cree un entorno propicio para dormir y practique buenos hábitos de higiene del sueño.
- Exposición segura al sol - Proteja su piel de los efectos nocivos de la radiación ultravioleta (UV) utilizando crema solar, ropa protectora y gafas de sol, y buscando la sombra durante las horas de más sol. Evite las camas solares, ya que aumentan el riesgo de cáncer de piel.
- Manténgase hidratado - Beba una cantidad adecuada de agua a lo largo del día para mantener la hidratación y favorecer la salud en general. Limite el consumo de bebidas azucaradas y de cafeína en exceso, ya que pueden contribuir a la deshidratación y a otros problemas de salud.
- Establecer fuertes vínculos sociales - Cultive relaciones significativas con la familia, los amigos y los miembros de la comunidad para promover el bienestar emocional y reducir el riesgo de depresión, ansiedad y otros trastornos mentales. El apoyo social es esencial para mantener la salud general y la resiliencia.
Al incorporar estos hábitos de vida a su rutina diaria, puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas y mejorar su calidad de vida en general. Recuerde que los pequeños cambios pueden reportar importantes beneficios para la salud con el paso del tiempo, así que empiece a aplicar estas medidas preventivas hoy mismo.
Para llevar
Adoptando una dieta equilibrada rica en nutrientes y practicando una actividad física regular, las personas pueden reforzar su sistema inmunitario, reducir la inflamación, controlar el peso y mejorar su calidad de vida en general. Estos cambios pueden influir profundamente en los resultados de las enfermedades crónicas, ayudando a las personas a controlar mejor los síntomas, reducir la dependencia de la medicación y disminuir el riesgo de complicaciones.