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Problemas gastrointestinales comunes en ancianos: Soluciones dietéticas

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Escrito por BFH Staff Writer el 4 Noviembre 2023

problemas gastrointestinales comunes en ancianos
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A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta cambios significativos que afectan a nuestro sistema gastrointestinal. Estos cambios no son insignificantes: afectan significativamente a nuestra salud y bienestar, y es esencial abordarlos. No es ningún secreto que los problemas gastrointestinales comunes en los adultos mayores son muy frecuentes; investigaciones recientes indican que más de 60% de los adultos mayores se enfrentan a problemas gastrointestinalesEl estreñimiento y la indigestión encabezan la lista.

La buena noticia es que podemos reducir el riesgo y la gravedad de estos problemas. Adoptando una dieta adecuada para la tercera edad que se ajuste a las últimas investigaciones y datos, podemos promover activamente la salud gastrointestinal y asegurarnos de que nuestros años dorados sean, de hecho, dorados.

Cambios gastrointestinales en los ancianos

Antes de profundizar en el papel de la dieta, entendamos primero los cambios gastrointestinales que se producen en los adultos mayores. El envejecimiento puede provocar diversas alteraciones en el sistema digestivo. Estos cambios pueden incluir:

Motilidad reducida de los alimentos: 

El movimiento de los alimentos a través del tracto digestivo puede ralentizarse, provocando estreñimiento y sensación de saciedad.

Disminución de la secreción de enzimas digestivas:

Los adultos mayores pueden producir menos enzimas digestivas, lo que dificulta la descomposición y absorción de nutrientes.

Cambios en la microbiota intestinal: 

La composición de la microbiota intestinal puede variar con la edad. Este cambio puede afectar a la digestión, la absorción y la función inmunitaria.

Mayor riesgo de trastornos gastrointestinales:

El envejecimiento se asocia a un mayor riesgo de problemas gastrointestinales como el síndrome del intestino irritable, la diverticulosis y la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE).

Dadas estas dificultades, mantener una dieta adecuada para las personas mayores puede ser un paso crucial para promover la salud gastrointestinal. Este plan dietético puede incluir comidas más pequeñas y frecuentes, limitar los alimentos ricos en grasas y azúcares y aumentar la ingesta de fibra. Además, aumentar la ingesta de agua puede ayudar a prevenir el estreñimiento. También es esencial trabajar con un dietista titulado o un profesional sanitario para determinar las necesidades o modificaciones dietéticas específicas en función de la salud general y el historial médico de cada persona.

La dieta de las personas mayores

Alimentos ricos en fibra

Incorporar a la dieta alimentos ricos en fibra es esencial para las personas mayores. La fibra contribuye a prevenir o aliviar el estreñimiento al añadir volumen a las heces. Además, aumentar el consumo de fibra puede modificar la microbiota intestinal, mejorar la digestión, reforzar el sistema inmunitario y proporcionar protección contra la inflamación. Ciertos tipos de fibras solubles y fermentables, como la inulina y los oligosacáridos que se encuentran en alimentos como la cebolla, la raíz de achicoria, los espárragos y las alcachofas de Jerusalén, tienen un potencial efecto laxante y pueden actuar como prebióticos. Los cereales integrales, las frutas, las verduras y las legumbres son excelentes fuentes de fibra dietética. Estos alimentos también aportan vitaminas y minerales esenciales que los adultos mayores necesitan para su salud general.

Probióticos y salud intestinal

Los probióticos y los prebióticos son componentes cruciales de la digestión. Los probióticos son microorganismos vivos que, ingeridos en cantidades adecuadas, pueden mejorar el proceso digestivo equilibrando las bacterias beneficiosas del tracto gastrointestinal. Ayudan a mantener una microbiota intestinal sana, evitan la proliferación de bacterias nocivas y favorecen la absorción de nutrientes.

En cambio, los prebióticos son fibras no digeribles que sirven de alimento a las bacterias buenas ya presentes en el intestino. Estimulan el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas, como las bifidobacterias y los lactobacilos. Al nutrir las bacterias buenas, los prebióticos contribuyen a mantener una microbiota intestinal sana, mejorar la digestión y favorecer la salud del colon.

Los probióticos y los prebióticos trabajan juntos para optimizar la salud digestiva. Los probióticos introducen bacterias buenas en el intestino, mientras que los prebióticos proporcionan el alimento necesario para favorecer su crecimiento y rendimiento. Esta acción sinérgica mejora la digestión, aumenta la absorción de nutrientes y ayuda a mantener un equilibrio saludable de la microbiota intestinal.

Algunos ejemplos de alimentos ricos en probióticos son el yogur, el kéfir y el chucrut. Los alimentos prebióticos más comunes son el ajo, las cebollas y los espárragos.

Sin embargo, es esencial elegir bien los suplementos probióticos. Consulte siempre a un profesional sanitario para determinar la cepa probiótica y la dosis más adecuadas para sus necesidades específicas. Además, asegúrese de mantenerse bien hidratado cuando tome probióticos, ya que algunas personas pueden experimentar una deshidratación leve como efecto secundario.

Hidratación

Mantenerse hidratado es esencial para mejorar la digestión. El agua es necesaria para una buena digestión, ya que ayuda a descomponer los alimentos y facilita el movimiento de los residuos a través del sistema digestivo. Una hidratación insuficiente puede provocar problemas como deposiciones irregulares, estreñimiento, gases, hinchazón y ardor de estómago. Mantenerse hidratado permite mantener la regularidad y minimizar las molestias del proceso digestivo.

Además, el agua contribuye a la salud de la microbiota intestinal. Un cuerpo bien hidratado favorece el crecimiento y la actividad de las bacterias beneficiosas del intestino. El agua ayuda a prevenir la deshidratación, que puede afectar negativamente al microbioma intestinal y a sus funciones. Al mantener una microbiota intestinal sana, una hidratación adecuada favorece la digestión y la absorción de nutrientes.

Recuerde que es esencial beber agua a lo largo del día para mantenerse hidratado y favorecer una digestión óptima. La cantidad de agua necesaria puede variar en función de factores individuales, pero una recomendación general es beber al menos 8 vasos (64 onzas) de agua al día. 

 

Reducir el azúcar y los alimentos procesados

Las decisiones que tomamos con respecto a nuestra dieta tienen un impacto significativo en nuestro bienestar general, especialmente a medida que envejecemos. Un aspecto crucial de una dieta adaptada a las personas mayores es reducir el consumo de azúcar y alimentos procesados. No se trata sólo de evitar los caprichos; hay pruebas sustanciales de que este cambio en los hábitos alimentarios es esencial para preservar la salud gastrointestinal de las personas mayores.

Prevalencia del consumo excesivo de azúcar: 

Los análisis estadísticos ponen de manifiesto una tendencia preocupante: muchas personas mayores consumen cantidades excesivas de azúcar. El consumo excesivo de azúcar se asocia a un mayor riesgo de problemas de salud, como obesidad, diabetes y cardiopatías.

Impacto en la microbiota intestinal: 

Mantener una microbiota intestinal equilibrada y diversa es crucial para la salud intestinal. Sin embargo, el consumo excesivo de azúcar altera este equilibrio. El azúcar actúa como combustible para las bacterias dañinas, lo que conduce a un crecimiento excesivo de estos microorganismos potencialmente problemáticos. El resultado es una microbiota intestinal poco saludable que lucha por mantener una digestión y una función inmunitaria óptimas.

Papel de los alimentos procesados: 

Los alimentos procesados, que contienen aditivos, conservantes y grasas poco saludables, son igualmente perjudiciales. Las investigaciones demuestran que una parte importante de la dieta de las personas mayores se compone de alimentos procesados. Estos alimentos pueden provocar inflamación en el tracto digestivo, con el consiguiente deterioro de su funcionalidad.

Inflamación crónica y salud gastrointestinal: 

Los datos apoyan firmemente la idea de que la inflamación crónica es precursora de diversos problemas gastrointestinales en los adultos mayores. Los revestimientos intestinales inflamados pueden empeorar afecciones existentes como el síndrome del intestino irritable y la diverticulosis, dando lugar a síntomas y complicaciones más graves. Además, la inflamación crónica aumenta el riesgo de desarrollar nuevos problemas gastrointestinales, como la enfermedad inflamatoria intestinal.

Comidas equilibradas

Las comidas equilibradas son cruciales para la digestión, ya que contienen una variedad de nutrientes necesarios para que su sistema digestivo funcione correctamente. Los alimentos integrales tienen una amplia gama de beneficios para la salud. Están mínimamente procesados y son ricos en nutrientes, fibra, vitaminas y minerales, que favorecen una digestión sana y proporcionan la energía necesaria para mantener una salud intestinal adecuada. Además, consumir comidas equilibradas puede ayudar a reducir síntomas gastrointestinales como la hinchazón, el estreñimiento y la diarrea. Una dieta equilibrada rica en fibra, cereales integrales, frutas y verduras puede prevenir varios trastornos digestivos, como el fenómeno del intestino irritable, la diverticulitis y la flatulencia.

Conclusión

En el viaje del envejecimiento, en el que cada capítulo conlleva sus propios retos, una dieta adaptada a las personas mayores se revela como una herramienta crucial para forjar una historia vibrante y satisfactoria. Al adoptar las ideas, estadísticas y recomendaciones que aquí se ofrecen, las personas mayores pueden navegar por el proceso de envejecimiento con resiliencia, gracia y una salud digestiva óptima, asegurándose de que sus años dorados sean realmente dorados.

Las comidas equilibradas, compuestas por proteínas magras, grasas saludables e hidratos de carbono complejos, constituyen la piedra angular del bienestar de las personas mayores. Estas opciones dietéticas, combinadas con otros componentes esenciales de una dieta adaptada a la tercera edad, desempeñan un papel fundamental en la promoción de una vida más sana y cómoda para las personas mayores.

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